Cuando hablamos de movilidad urbana sostenible nos referimos a un nuevo concepto de movilidad nacido para tratar de reducir el impacto medioambiental del transporte en nuestras ciudades. Esto abarca los desplazamientos de las personas, pero también de mercancías, que parece poco importante pero el llamado “reparto de última milla” tiene un gran impacto en nuestro día a día.
Elegir el tipo de vehículo para el transporte es uno de los principales factores que influyen en la eficiencia y, por tanto, también en la sostenibilidad del transporte. El impulso del vehículo eléctrico es una estrategia adoptada por todos los países europeos, entre ellos España, en sus planes de movilidad urbana sostenible.
El transporte es una de las principales fuentes de emisión de dióxido de carbono y de gases de efecto invernadero a la atmósfera, especialmente en las ciudades. El auge del comercio electrónico derivado de la pandemia mundial de coronavirus ha contribuido al incremento de la huella de carbono del transporte metropolitano, lo que hace que mejorar la eficiencia y sostenibilidad de la logística de última milla se haya convertido en una necesidad y en uno de los grandes desafíos de la movilidad urbana del futuro.
Al contrario de lo que muchas personas piensan, el comercio electrónico es la base del emprendimiento para muchos proyectos sostenibles por lo que, es necesario que el proceso de envío cada día sea más sostenible.